Mis queridos seguidores del blog
“Cómo sobrevivió Scherezade” y oyentes del podcast “Los cuentos de las Mil y
Una Noches”, ¡qué alegría poder conectar con ustedes en este día tan especial! quiero
desearles una feliz Navidad, rodeados de amor y de la compañía de amigos y
familiares.
Aparte va el blog de esta semana
y junto con un nuevo episodio que los dejará cautivados.
Hoy, 24 de diciembre, estamos a
solo unas horas de la mágica nochebuena, ¡y qué mezcla de emociones y
tradiciones nos envuelven! Quiero invitarlos a reflexionar sobre lo que para mí
realmente significa la Navidad.
En muchos lugares, incluyendo mi
hermoso país, las tiendas se llenan de personas en esa búsqueda frenética del
regalo perfecto, una mezcla de alegría y ansiedad que a veces puede ser
abrumadora. Pero ¿realmente se trata solo de eso? Es innegable que el acto de
regalar trae consigo un encanto especial: todos amamos abrir un obsequio,
sentir la emoción de lo inesperado y ver la sonrisa en el rostro de quienes
amamos.
No obstante, debemos recordar que
la Navidad no se debe centrar en acumular cosas ni en endeudarnos por
satisfacer el deseo de regalos materiales. La verdadera magia de esta época no
está en lo que yace bajo el árbol, sino en las personas que nos rodean. ¡Es un
momento para crear momentos! Para compartir experiencias que quedarán grabadas
en nuestra memoria y que prevalecerán en el tiempo.
Estas fechas nos ofrecen una
oportunidad invaluable para reencontrarnos con lo que realmente importa: el
amor, la familia, la amistad y la solidaridad. En medio de las interminables
compras y la presión por hallar el regalo perfecto, es crucial recordar que
fortalecer los lazos familiares y reflexionar sobre nuestros logros del año son
esenciales para celebrar adecuadamente.
¿Qué regalo más hermoso que una
familia reunida alrededor de una mesa llena de comidas preparadas con tanto
cariño? El verdadero espíritu navideño se siente no en los centros comerciales,
sino en el calor de nuestro hogar, en las risas compartidas y en las
tradiciones que pasamos de generación en generación.
Este año, les invito a
reflexionar sobre los dones que hemos recibido a lo largo de estos meses. Desde
un nuevo trabajo hasta haber fortalecido una relación, cada logro, por pequeño
que sea, merece ser celebrado. Se trata de dar gracias por lo que tenemos, de
abrazar las oportunidades que se nos presentan y de compartir esos momentos con
quienes realmente importan en nuestra vida.
La Navidad también es un
recordatorio de que no todos tienen la fortuna de celebrar en un ambiente
amoroso. Es el momento perfecto para abrir nuestro corazón y nuestras manos,
para compartir con aquellos que menos tienen, quienes a menudo se sienten solos
en medio de este mundo lleno de luces y adornos. La verdadera felicidad se
multiplica cuando se comparte con los que más lo necesitan.
Hagamos un lugar en nuestra mesa
para aquellos que no están con nosotros, ya sea porque están lejos o porque han
partido. Personalmente, tengo la bonita tradición de poner un asiento con una
pequeña vela encendida, simbolizando la llama del amor por los ausentes. Si
tienes la suerte de que tus seres queridos están a tu lado, enciende esa vela
para que tu ángel te acompañe.
Así que, como un hermoso regalo
que revela una sorpresa en su interior, la Navidad nos invita a despojarnos de
lo superficial y descubrir el verdadero regalo que es el amor. Aprendamos a
enfocarnos en lo que realmente cuenta: la unión familiar, el cariño, la
gratitud y la celebración.
¡Les deseo a todos una maravillosa Navidad llena de alegría y momentos inolvidables!
¡Felices fiestas a todos! 🎄✨
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