¡Hola a todos y bienvenidos a una semana más al blog "Cómo sobrevivió Scherezade" y a nuestro podcast "Los cuentos de las mil y una noches"! Debo confesarles algo: ¡esta historia de Alí-Ben-Bekar y la bella Shamsennahar me tiene al borde del colapso! ¡Qué drama!😢
Esta semana la cosa se puso color
de hormiga. ¡El califa anunció visita! Imagínense el panorama: la nube negra se
cierne sobre nuestros amantes. Al príncipe y a su fiel amigo no les queda
otra que salir "por la puerta trasera" del palacio. ¡Uf! No quiero ni
pensar en las consecuencias si el soberano los descubre y pregunta que hacen en
el palacio de su favorita.
Como si fuera poco, Shamsennahar ahora
siente un rechazo total por el califa, al que hasta hace poco recibía con
alegría. La animadversión es tal que... ¡se desmaya! y Alí, que está escondido,
presencia todo el sufrimiento de su amada y... ¡se desmaya él también! Los
cómplices involuntarios ahora se ven complicados, para que Harún no se dé
cuenta de lo que sucede y acabe con todos ellos.
Y es que ese es el problema de
los amores clandestinos, los prohibidos, las infidelidades: ¡cómo afectan a
todos los que están alrededor! Porque, seamos sinceros, siempre se necesitan
cómplices. Ya sean voluntarios (que dan su apoyo con gusto) o involuntarios
(que no están de acuerdo, pero que se ven involucrados en medio de un lío de faldas).
En aquella época, ser parte del
harén del sultán, y para colmo la favorita, no era cosa de decir "agarro
mis bártulos y me largo". ¡Ni pensarlo! Pero hoy en día... ¿cuántas
personas, antes de abandonar una relación que no funciona, una relación donde
el amor se esfumó, prefiere enredarse en amores secretos?
No es un tema sencillo, la
verdad. He escuchado de personas que son infieles "porque sí", pero
que juran y perjuran que aman a su pareja, así que la separación no está en sus
planes. ¡Así como lo oyen! 🤯
Y también conozco a aquellos que
no se separan por miedo a perder su nivel de vida, porque siempre han dependido
económicamente de alguien, porque no quieren quedarse solos, o porque se “sacrifican” por los hijos.
Siendo sincera, nunca me he
estado en los zapatos de ninguno de ellos. He sabido de historias de mujeres que abandonaron todo al conocer a
alguien, ¡y por "todo" me refiero a hijos, familia, todo! y han sido
felices. Pero también conozco otras que no corrieron con tanta suerte y, al
final, terminaron solas, con el corazón destrozado y sin nada.💔
Supongo que a algunos los paraliza
el miedo, y a otros los impulsa el valor. ¿Quién puede dar una cátedra al
respecto? yo creo que nadie.
Considerando que en estas
situaciones siempre hay daños colaterales, creo que lo mejor es ser sincero con
uno mismo y buscar el diálogo abierto y directo. Ya les he comentado en otro
blog, divagando sobre el amor, que es mejor buscar un compañero de viaje, no un
verdugo, o sentirse atado sin escapatoria.
Si no somos honestos con nosotros
mismos, ¿cómo vamos a serlo con el otro? y aunque no queramos, terminamos
generando heridas profundas, muchas veces irreparables. Estoy segura de que nadie quiere eso. Lo
primero es no herir a quien todavía te quiere, aunque es probable que saldrá herido de todos modos, no hay como evitarlo, y le cueste entender por qué ya no eres su amor. Pero también es importante
expresar lo que sentimos a esa persona nueva que nos roba el sueño. No es
fácil, nunca lo es, ni lo será. Y si estamos esperando el “momento perfecto”
para sincerarnos, lamento decirles que ese momento nunca llega. Lo mejor es
postergarlo lo menos posible.
Deseándoles que la sabiduría los
ilumine, los invito a seguir escuchando sobre los enredos amorosos de Alí y
Shamsennahar.