¡Hola, mis queridos lectores de
este blog y oyentes del poscast de las Mil y Una Noches! 📃📜
Espero que estén de maravilla y
motivados para escuchar el episodio de hoy, donde seguiremos con la historia
del príncipe Kamaralzamán y la princesa Budur. El episodio de hoy describe
situaciones, digamos, o que algunos podrían considerar candentes. El que avisa
no es traidor 😉.
El príncipe Kamaralzamán, después
de tres años de negarse a contraer matrimonio, el monarca, ya sin paciencia,
decide encerrarlo en una torre con un pozo habitado por una genio. ¡Claro que
el soberano no tiene idea de la existencia de la efrita! Y aquí viene lo bueno:
ella, al verlo dormido, ¡queda prendada de su belleza! ¡Uy, uy, uy! 🔥
Al otro lado del mundo, en la
lejana China, la princesa Budur está viviendo una experiencia similar y también
ha sido castigada con el encierro para obligarla a cambiar de opinión. ¡Y oh
sorpresa! Cerca de ella existe un genio que está flechado con sus encantos. 💘
¡Y hasta aquí les cuento! No
quiero arruinarles la experiencia del episodio de hoy. Ya les he advertido que
las descripciones, aunque poéticas... eh... ejem... puede que alguien se
ruborice. 🤭
Pero, más allá de lo "picante"
del episodio de esta semana, y de la posición de estos príncipes ante el
matrimonio, justificada o no, me lleva a pensar en cuando nos resistimos a
salir de nuestra zona de confort. A veces las circunstancias de la vida nos
presionan y nos fuerzan a reconsiderar nuestro lugar seguro.
En ocasiones nos oponemos a vivir
nuevas experiencias, ya sean laborales, emocionales o de cualquier tipo. A esa
negativa a aceptar los cambios que la vida nos presenta, porque a veces es hora
de dar ciertos pasos. Es más sano reconocer cuando hemos "tocado
techo", cuando estamos estancados.
Piénsenlo: ¿cuántas veces nos
quedamos pegados en situaciones que ya no nos benefician? Por ejemplo, esos
casos en que la persona está bien crecidita, pero se niega a dejar la casa de
sus padres. No porque ellos necesiten que los cuiden, sino porque las necesidades
esenciales están cubiertas: ¡no pagan nada!, tienen techo, comida rica y
caliente, ropa limpia... ¡una ganga! 🤑 Y los padres, ¡y hasta
los hermanos!, lanzándoles indirectas para que emprendan el vuelo, pero él o
ella ahí, aferrados al nido. 🐣
¿O qué me dicen de cuando tenemos
todas las capacidades para ascender en el trabajo, para tomar un proyecto de
mayor responsabilidad, y nos negamos porque estamos cómodos dónde estamos?
"Más vale malo conocido que bueno por conocer", pensamos. ¡Error! 🙅♀️
O peor aún, cuando preferimos
mantener una relación de pareja tóxica, porque, al menos, tenemos ciertas
"ventajas" que creemos que no tendríamos si nos separáramos. ¡Qué
horror! 💀
Ya en otro blog hablamos sobre la
zona de confort, pero hoy quiero compartir una visión distinta: cuando la zona
de confort es una limitante que nos impide seguir creciendo y madurando por
medio de aprendizajes en la vida.
Creo que en ocasiones es por
simple comodidad, y a veces es miedo puro y simple. ¿Qué será de nosotros si
salimos de la zona de confort? Es como si no tuviéramos la capacidad de
imaginar que allá afuera la aventura puede ser maravillosa, que en realidad no
perderemos nada, sino que podemos ganar nuevas experiencias, que viviremos
nuevas aventuras de vida. Sí, sí, pasaremos por desafíos también, pero al
superarlos veremos que, aun en caso de perder, habrán merecido la pena. 💪
En fin, me he quedado pensando en
todas esas veces que nos autosaboteamos por miedo a lo desconocido. ¿Y ustedes,
qué opinan? ¿Se identifican con esta situación? ¡Cuéntenme en los comentarios!
¡Me encantaría saber sus experiencias! 👇
Les dejo el enlace del episodio
de hoy y espero lo disfruten junto a un confortante bebestible y un exquisito
picoteo. ☕🍪
https://open.spotify.com/episode/2N1ZMjG5Em8yJWAJKyM8vu?si=KCQuUvxKQwKN5eFtof525Q
¡Hasta la próxima, mis queridos! ¡Y no se olviden de escuchar el episodio de hoy, que está imperdible! 😉
