¡Hola a todos mis queridos
seguidores, lectores y oyentes! ¿Cómo andamos hoy? Espero que súper bien y
listos para seguir adentrándonos en esas historias de las mil y una noches, que
nos tocan el corazón. Hoy vamos a retomar el hilo de los amores de
Ali-Ben-Bekar y Shamsennahar, esos enamorados que, por ahora, andan más bien
transitando el sendero de la amargura. ¡Ay, el amor! Que a veces nos da una de
cal y otra de arena, ¿verdad?
Pobre Ali se encuentra consumido
por la incertidumbre, se deja llevar por los pensamientos más oscuros, teme lo
peor, que el califa haya tomado represalias contra su amada Shamsennahar. Está
hecho un mar de lágrimas, lánguido, tendido… ¡Un drama total!
Pero ¡oh, la esperanza! Al fin,
Shamsennahar logra hacerle llegar una carta✉️😍 Imagínense la emoción de Ali al
recibirla. ¡No para de leerla una y otra vez! ¡Qué ternura! A ver, confieso,
¿quién no ha sentido esa emoción al recibir una carta de esa persona especial?
Es un subidón de adrenalina que te pone la piel de gallina.
Y hablando de cartas… ¡Qué
tradición tan bonita que se nos ha ido perdiendo! A ver, no me malinterpreten,
la tecnología es maravillosa y los correos electrónicos y los WhatsApps nos
facilitan la vida un montón. Pero seamos sinceros, ¿dónde quedó ese ritual, esa
dedicación, ese mimo que implicaba escribir una carta de amor? Ahora todo son
mensajes breves, stickers, emoticones… ¡Un lenguaje en clave total! Práctico,
sí, pero… ¿romántico? No sé yo…
Me acuerdo de una amiga que era
una verdadera artista a la hora de escribir cartas de amor. Se rodeaba de
libros de poesía, diccionarios y novelas románticas, buscando la inspiración,
la palabra precisa. ¡Era todo una crack! Se tomaba su tiempo, elaboraba sus
ideas, ponía todo su corazón en cada frase. Desconozco si su pareja le
respondía de la misma forma, pero ella disfrutaba muchísimo del proceso.
Me contaba que primero escribía
“a pecho caliente”, volcando sobre el papel todo lo que le venía a la mente,
sin filtros. Era como un torrente de emociones plasmado en palabras. Luego, ya
con más calma, aunque con el mismo ánimo de expresar lo que sentía, comenzaba
la revisión. Maduraba las ideas, pulía las frases, buscaba la manera de
transmitir sus sentimientos con la mayor claridad y belleza posible.
Y es que el arte de escribir
cartas de amor es justamente eso: un arte. Una forma de expresar sentimientos
que, a veces, nos resulta más fácil plasmar por escrito que verbalmente. Hay
personas que se bloquean al hablar, que se ponen nerviosas y no encuentran las
palabras adecuadas. En cambio, cuando tienen un papel y un lápiz delante, se
desatan y son capaces de crear verdaderas obras maestras.
Las cartas en general son
verdaderas capsulas del tiempo, en una era de inmediatez y códigos de
comunicación fugaces (emojis, stickers, gift o memes) escribir una carta es
detener el mundo un instante, para conectar desde la profundidad, e intimidad
hacia el otro, volcando todo el sentimiento que nos invade, ya sea cariño,
dolor, esperanza, amor, enojo.
Una carta te obliga a bajar el
ritmo, una carta tiene magia tanto al momento de escribirla, como al recibirla
y leerla. Es todo un ceremonial al
escoger el tipo de papel, el lápiz y su color, algunos pueden perfumar la
esquela si es una carta amorosa o añadir pétalos de una flor.
Una carta cuidadosamente
guardada, la puedes releer cuantas veces puedas en el tiempo, en especial si
quien te la escribió ya no está. Muy
distinto a un correo, el cual debes buscar, entre cientos o miles y no siempre
tienes la posibilidad de encontrarlo, o el riesgo de borrarlo si cambias de
equipo o dispositivo.
Di lo que no puedes decir
verbalmente, porque te es complicado, porque te cuesta, a través de una
esquela, una tarjeta, en un momento de tranquilidad frente a una hoja, y
escribe eso que deseas sea escuchado y guardado con cariño en el corazón.
Así que, ya saben, mis queridos
lectores y oyentes, si quieren sorprender a esa persona especial, si quieren
demostrarle todo su amor, ¡anímense a escribir una carta! vuelvan a la magia de
las palabras escritas a mano. No se arrepentirán. Claro que una buena carta, no
es impedimento para que incluyan algún corazón, flores, mariposas, o lo que
quieran. Y quién sabe, ¡quizás reviven
una tradición que vale la pena rescatar!
A continuación, les dejo el
enlace, para enterarnos que dice la carta y si le responderá el príncipe
tengamos presente que Ben-Taher pretende
disuadirlo para la olvide.
¿Y ustedes? ¿Alguna vez han
escrito o recibido una carta de amor? ¡Cuéntenme sus experiencias en los
comentarios! Me encantaría saber sus historias y opiniones sobre este tema.
¡Hasta la próxima!