Cómo están mis lectores queridos
de este blog y espero que fieles oyentes del podcast “Los cuentos de las Mil y
Una Noches”, continuamos escuchando el relato del comerciante cristiano al
sultán, sobre un joven de Bagdad que perdió la mano derecha.
Ya sabemos ¡cómo la perdió!, pero
aún no sabemos si el sultán se da por satisfecho con el relato de cristiano,
recuerden que debe decidir si es más extraordinaria que la historia de lo
ocurrido con el jorobado.
Bueno, al final nos enteramos de
que el joven pierde su mano por ladrón, y ¿por qué se vuelve ladrón?, por falta
de confianza en su amante, por creer que estaba junto a él por las monedas de
oro que le dejaba bajo la almohada cada vez que la visitaba. Se la gastó toda su fortuna en su dama hasta
quedar sin nada y ante la desesperación de no volver a verla, no se le ocurre
nada mejor que robar.
La chica, al enterarse de su
trágica elección, siente una pena inmensa. Pero el giro inesperado de la
historia es que se casa con él, y, sorprendentemente, a los 50 días de su
matrimonio, ella fallece, dejándole como herencia todas sus riquezas. ¿Nos dice
esto que el joven aprendió la lección? En cierta manera, sí. Comienza a
trabajar con la riqueza heredada, pero eso no es lo más importante de la
historia. Lo crucial es la revelación de que, en realidad, la joven nunca tocó
el dinero que él le dejaba. Lo guardó en un cofre, lo cual nos lleva a
preguntarnos: ¿hablaron alguna vez de sus sentimientos?
Esta falta de comunicación tiene
un profundo impacto en ambos. Es muy probable que el joven nunca compartiera
sus inseguridades ni abriera su corazón, lo que sería fundamental en cualquier
relación. Es cierto que existen relaciones basadas en el interés económico,
pero también hay personas que luchan por expresar lo que sienten. A veces, las
carencias emocionales nos vuelven demasiado expresivos o, por el contrario, nos
cierran en un caparazón. En ambos casos, el equilibrio y la armonía se ven
gravemente afectados.
Cuando alguien se muestra
demasiado afectivo, la otra persona puede sentirse atosigada o incluso
asustada. Pero al mismo tiempo, si uno es muy reservado, puede parecer
intrigante y misterioso, aunque a la larga eso también puede llevar a la otra
persona a sentirse poco apreciada. Y como hemos observado en cada cuento de
“Las Mil y Una Noches”, la clave está en la comunicación.
El primer axioma de la
comunicación es que, en esencia, no existe el “no comunicar”. Siempre estamos
enviando mensajes, ya sea a través de nuestros silencios, gestos,
comportamientos o incluso por nuestra presencia o ausencia. El verdadero
desafío radica en asegurarnos de enviar el mensaje correcto. Por ejemplo, una
persona que lucha por expresar sus sentimientos puede estar comunicando
desinterés, cuando en realidad siente un profundo afecto. O, por otro lado,
alguien que es excesivamente demostrativo solamente busca ser aceptado,
confundiendo esto con amor romántico.
En mi vida personal, me he
encontrado más veces de las que me gustaría con personas que creen que son
“buenas comunicadoras”. Suelen pensar que no es necesario prestar atención a la
comunicación, y, sin embargo, a su alrededor reina la insatisfacción y la
tristeza. Comunicar no se trata solo de soltar cualquier cosa que se nos venga
a la mente, sino de hacerlo con amabilidad, cariño y claridad. Si logramos
alcanzar ese equilibrio, las relaciones pueden mejorar enormemente, evitando
que terminemos “perdiendo la mano derecha” en el proceso.
Así que, mientras seguimos
escuchando la historia del jorobado, quiero que reflexionen sobre la
importancia de la comunicación en nuestras vidas. No solo en el ámbito amoroso,
sino en todas nuestras interacciones. Después de todo, solo porque una persona
parezca que tiene todo bajo control, no significa que no esté lidiando con sus
propias inseguridades.
Recuerden, queridos amigos, la
semana que viene continuaremos con esta apasionante narrativa y también
conoceremos cómo sigue la historia del proveedor musulmán, el médico judío y el
sastre. Estoy ansiosa por escuchar qué más nos revelarán estos personajes.
¡Los espero en el próximo
episodio! Mientras tanto, aquí les dejo el enlace para que sigan disfrutando de
las historias que están contando esperando que sean más entretenidas y
maravillosas que lo sucedido al jorobado.
¡Cuídense mucho y hasta la
próxima!