lunes, 10 de febrero de 2025

45.- El jorobado – El relato del proveedor musulmán (continuación)

 

¡Cómo están mis lectores queridos de este blog y espero que fieles oyentes del podcast “Los cuentos de las Mil y Una Noches”!, hemos escuchado el relato del comerciante cristiano al sultán, sobre un joven de Bagdad que perdió la mano derecha a causa de haber robado, después de haberse arruinado por amor. 

Al sultán no le ha gustado la historia, calificó al enamorado de libertino, y que de extraordinario el cuento no tenía nada, así que tomó la decisión de condenar a muerte al comerciante cristiano y a los demás.

Temeroso el proveedor musulmán se ha arrojado a sus pies suplicando que le permita contarle una historia que si le impresionará, así que comienza a relatar una historia, también relacionada con un mercader.

El cuento de hoy me lleva a pensar sobre las reuniones sociales, ya sean con amigos, familiares o compañeros de trabajo, que suelen girar en torno a la comida. Compartimos platos, levantamos copas y unimos nuestros paladares en un acto que va más allá de la nutrición: es una celebración de la comunidad. Sin embargo, ¿qué sucede cuando, por razones variadas—ya sean dietas, alergias o preferencias personales—decidimos rehusar ciertas comidas o bebidas?

Recuerdo una cena en casa de un amigo en la que, al momento de servir la comida, me encontré en una situación bastante incómoda. La anfitriona había preparado un delicioso estofado, pero por uno de los ingredientes que contenía, por razones personales, decidí no consumir. En ese instante, las miradas se centraron en mí. Algunos se sintieron decepcionados, otros simplemente no lo entendieron. Y aunque traté de explicar con respeto y amabilidad, la atmósfera ya había cambiado. ¿Por qué parece tan difícil aceptar que algunos no podemos o elegimos no consumir ciertos alimentos?

Es curioso cómo el acto de comer puede transformarse en una especie de batalla de voluntades. Alguien que elige no probar el platillo típico de la abuela puede ser visto como descortés o incluso, en algunos casos, como alguien que busca llamar la atención. La presión social puede ser abrumadora. ¿Alguna vez te has encontrado en esa situación? En la cual, al rehusar una copa de vino, te bombardean con preguntas como: "¿Por qué no tomas?" o "¿No te gusta?" en vez de simplemente aceptar tu decisión con un brindis amistoso.

¿De dónde proviene esa necesidad de que todos participen de la misma manera? En un mundo donde la diversidad es la norma, hay que recordar que cada uno tiene sus propias razones, que pueden estar basadas en salud, religión, ética o incluso en experiencias pasadas. Y esas razones merecen respeto.

El respeto hacia la diversidad de elecciones alimentarias es crucial para crear un ambiente agradable y acogedor en cualquier reunión. Promover la empatía es una habilidad valiosa que no solo se aplica a las elecciones dietéticas, sino a prácticamente todo ámbito de la vida. Te invito a reflexionar: ¿cuántas veces has estado en una cena y has sentido que tus decisiones eran cuestionadas? Lo triste es que esto puede llevarnos a ser reacios a participar en futuros encuentros, privándonos de momentos alegres con amigos y seres queridos.

Crear un espacio donde todos se sientan cómodos con sus elecciones alimentarias puede ser un desafío, pero es necesario. Puede ser tan simple como preguntarle a la persona que está organizando el evento si hay opciones variadas disponibles o comunicar tus preferencias alimentarias por adelantado. La comunicación es clave.

El relato del comerciante que estamos siguiendo puede sonar lejano, pero a menudo las lecciones que aprendemos de estas historias se reflejan en nuestras experiencias cotidianas. Desde la dignidad y el amor hasta el respeto y la empatía, cada cuento es una invitación a reflexionar sobre cómo tratamos a los demás. Así como el comerciante tuvo que enfrentarse a las consecuencias de sus acciones, también nosotros debemos hacer frente a las decisiones que tomamos y cómo estas afectan a nuestro alrededor, especialmente en la manera en que convivimos y compartimos experiencias culinarias.

A medida que avanzamos en nuestro podcast y en nuestras vidas, recuerden que cada elección, por pequeña que sea, es un paso hacia la aceptación y la comprensión. Así que la próxima vez que encuentren a alguien rehuyendo un platillo, no lo vean como un insulto personal. Más bien, miren ese momento como una oportunidad para aprender más sobre esa persona y para fomentar un ambiente donde todos puedan sentirse bienvenidos.

Les dejo el enlace de esta semana, para conocer esta nueva historia que nos contará el proveedor musulmán para encantar al sultán y apaciguar su enojo:


https://creators.spotify.com/pod/show/aldaraman/episodes/45---El-jorobado--El-relato-del-proveedor-musulmn-continuacin-e2umakg

 

Espero que hayan disfrutado de esta reflexión. Nos escuchamos pronto en "Los cuentos de las Mil y Una Noches" y no olviden que cada historia es un pedazo de nuestras vidas compartidas. ¡Un abrazo!


No hay comentarios:

Publicar un comentario

48.- El jorobado – El relato del médico judío (conclusión)

¡Hola, mis queridos lectores de este blog y oyentes del podcast de las historias de Scherezade! 🌙 Esta semana, nos encontramos en un momen...