lunes, 19 de mayo de 2025

59.- El Jorobado – La historia de El-Ashar (conclusión) – La historia de Shakalick


 

Bienvenidos a una nueva semana de este blog “Como sobrevivió Scherezade y del podcast de las “Mil y una noches”. Es una verdadera alegría compartir con ustedes estás historias y la reflexiones que me inspiran.

Esta semana concluimos con la historia del quinto hermano del barbero y empezamos la historia de Shakalick, el sexto y último. ¡Esperemos que su destino sea menos... bueno, menos desastroso!

Y hablando de dramas, con estas historias de los hermanos del barbero... uno se queda pensando: ¿esta familia nació un martes 13? ¿Se olvidaron de ponerles ángeles de la guarda?

Me pongo a reflexionar y me pregunto: ¿quién no ha tenido, alguna vez, una racha donde todo, absolutamente TODO, parece salir mal?

Claro que los hermanos del barbero llevan la mala suerte a un nivel olímpico, pero a un nivel más "humano", a veces, ¡gracias a Dios! (recalco el "a veces", porque en ocasiones puede sentirse como un "siempre") pareciera que todo se conjura en nuestra contra. La autoestima se desploma, el pesimismo nos invade por completo, a una decepción le sigue la frustración, un error nos persigue como una sombra, y esa expectativa que teníamos, esa en la que habíamos puesto toda nuestra fe, ¡se derrumba ante nuestros propios ojos!, las malas noticias parecen llegar como un tren de olas.

Nos encerramos en nosotros mismos, nos sentimos derrotados en todos los frentes: el económico, el personal, el profesional... Ya saben el dicho: "Cuando viene una, vienen todas juntas". Y es que, en esos ciclos o tiempos difíciles, es cuando más necesitamos darnos un respiro, tomar aire y no caer en una espiral de pensamientos negativos, de autocompasión (ojo, un poquito no viene mal, pero sin exagerar y caer en la lástima) o lo que es peor, de ¡maltratarnos psicológica y emocionalmente!

No es fácil, lo sé. Es en esos momentos cuando pensamos "qué difícil ser yo", es cuando en realidad más debemos autoquerernos y tratarnos con cariño. ¡Darnos un abrazo mental!

Quizás, en momentos así, debemos dar un paso atrás y reconocer que aquello que no depende de nosotros, es mejor dejarlo ir. Dejar de aferrarnos a lo que no podemos controlar. Como dice el dicho: "Lo que no te mata, te hace más fuerte". (Aunque a veces te deja un poco magullado, seamos honestos).

No permitas que los sentimientos y sucesos negativos te definan. No eres la suma de tus fracasos o de momentos críticos, eres la persona que los superó (o que está en proceso de superarlos, ¡que también vale!). Construye puentes hacia aquello que te gusta, aquello que te hace sentir bien. Un paseo por el parque, un trozo de chocolate (¡o una barra entera, si lo necesitas!), una película que te haga reír, una reunión con amigos, cantar a grito pelado en la ducha... Busca esas pequeñas cosas que te dan alegría, que te sacan una sonrisa.  Regalonéate.

Busca a esas personas que te agradan, esas que te recargan la batería. Comparte un café con ellas, hablando de cosas triviales, preocúpate por saber cómo están (¡y escúchalos de verdad!). Deja volar la imaginación escuchando música, baila como si nadie te viera, lee un libro que te transporte a otro mundo... ¡Haz cosas que puedan parecer tontas, pero que a ti te pongan de buen ánimo! ¿A quién le importa lo que piensen los demás? ¡Estás en modo supervivencia!

Cuando todo parece salir mal, es muy fácil perder el sentido del humor y ver todo negro, sentir que el universo está dándonos la espalda y que los dioses se han olvidado de nosotros o de nuestra familia. Cuesta moverse, pensamos que no vale la pena. ¡Pero sí vale la pena! ¡Siempre vale la pena!

Recuerda a veces la solución ya existe justamente en aquello que parece no tenerla, y que no nos gusta como se ha presentado, porque es posible que ya no dependa de uno, una vez más te digo déjalo ir, déjalo que fluya y construye un puente para cruzar ese río turbulento hacia un lugar donde puedas sentarte tranquilo, respirar hondo y recuperar la paz.

Así que, la próxima vez que te sientas como uno de los hermanos del barbero, acosado por la mala suerte, ¡recuerda que no estás solo/a! Todos hemos pasado por momentos difíciles, por rachas horribles en las que parece que nos persigue una nube negra. Lo importante es no rendirse, buscar la luz en la oscuridad y recordar que, después de la tormenta, siempre sale el sol (¡y a veces, hasta un arcoíris!).

Y, por cierto, si quieres compartir tu propia historia de "mala racha superada", ¡no dudes en dejar un comentario! Me encantaría leerte y saber que no soy la única que a veces siente que tiene un imán para los problemas. ¡Juntos podemos superar cualquier cosa!   A continuación, te dejo el enlace con la continuación de las historias de los hermanos del barbero.

https://creators.spotify.com/pod/show/aldaraman/episodes/59---El-Jorobado--La-historia-de-El-Ashar-conclusin--La-historia-de-Shakalick-e33277m 


Nos vemos la próxima semana con más aventuras de Scherezade y con la (esperemos) menos desdichada historia de Shakalick. ¡Hasta entonces, cuídense mucho y recuerden sonreír! ¡La vida es demasiado corta para tomarla demasiado en serio!

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