lunes, 10 de noviembre de 2025

84- La historia de Dulce Amiga y Alí-Nadur (conclusión)


¡Hola a todos! ¿Cómo andamos? Espero que de maravilla y con los oídos bien afinados porque hoy les traigo el final, el gran finale, de la historia de Dulce Amiga y Alí-Nadur. ¡Así es! Ya pueden encontrar el desenlace haciendo clic al final de esta página.

Pero antes de que corran a escuchar, quiero compartir con ustedes una reflexión que me surgió a raíz de este embrollo palaciego. Resulta que el califa, enterado de todo el drama de los jóvenes enamorados, ¡ha enviado de vuelta a Basora a Alí-Nadur con una carta bomba! En ella, ordena ni más ni menos que el sultán ceda el trono a nuestro joven héroe. ¡Imaginen la cara del sultán!

El pobre soberano, más pálido que un fantasma, le muestra la carta a su fiel (o no tanto) visir, El-Mohín. Y aquí es donde la cosa se pone turbia, amigos. El muy astuto El-Mohín, aprovechando un descuido, ¡elimina el sello del califa! Y no solo eso, sino que convence a todos de que el documento es falso. ¡Qué nivel de intriga!

Todo este tejemaneje me hizo pensar en lo increíblemente difícil que es ceder el poder. Y da igual si hablamos de una miguita de autoridad o del control absoluto del universo. Parece que hay algo en la naturaleza humana que nos impulsa a aferrarnos con uñas y dientes a lo que creemos que es nuestro.

Y a ver, entendámonos, hasta cierto punto lo comprendo. Pongámonos en los zapatos del sultán. Lleva años gobernando, tomando decisiones difíciles, sintiendo el peso de la corona. Y de pronto, llega un jovenzuelo con una carta y le dice: "¡Chao, trono! Ahora me toca a mí". Pues claro que le va a costar un mundo dejarlo ir.

Pero también es verdad que hay gente que se lo toma con filosofía y da un paso al costado sin mayores dramas. Lo ven como una señal de que ha llegado el momento de dedicarse a otras cosas, de explorar nuevos horizontes, de invertir tiempo en esos proyectos personales que les permiten realizarse en ámbitos más íntimos. Gente que prioriza su paz mental y su bienestar por encima de la seducción del poder. ¡Y bien por ellos!  A disfrutar la vida lejos de las responsabilidades del poder, que puede ser muy absorbente.

Pero luego están los otros, los que se resisten con uñas y dientes a renunciar, a ser reemplazados, a soltar las riendas. Los que piensan que sin ellos el mundo se va a desmoronar, que nadie más puede hacer el trabajo tan bien como ellos. Los que confunden el poder con su propia identidad. ¡Esos son los que me dan más pena, la verdad! Porque al final, el poder es efímero. Hoy estás en la cima, mañana... quién sabe.

Y lo que me parece aún más triste es cuando esa gente recurre a tácticas cuestionables, a triquiñuelas para recuperar el poder en caso de haberlo perdido, o para retenerlo a toda costa, aunque las señales indiquen claramente que deberían dejarlo ir, ya sea por descontento "popular" (entre comillas, ¡ojo!) o porque el tiempo por el cual se les concedió ya ha expirado. Pero no, dan la batalla hasta el final, recurriendo a campañas de desinformación, desprestigio contra los posibles sucesores… ¡Qué espectáculo más lamentable!

Es una lástima, porque pareciera que no conciben la vida de otra manera. Como si el poder fuera lo único que les da sentido, lo único que les define. Y eso, amigos míos, es una cárcel. Una cárcel dorada, quizás, pero cárcel, al fin y al cabo.

En mi opinión, el único poder por el que vale la pena luchar y conservar es el de ser dueño de uno mismo, la libertad de decidir quién quiero ser, que tipo de persona quiero ser. Aunque la libertad absoluta, como tal, es un eufemismo, pues a mi parecer la libertad está condicionada a nuestras responsabilidades mundanas. El único poder intransferible es el de ser uno mismo. Claro que ser uno mismo no significa ir por el mundo soltando barbaridades, proclamando supuestas verdades que hieren, y teniendo actos descorteses u ofensivos, con la excusa de que eso es ser auténtico. Pero ese es tema para otro blog.

Por ahora, los invito a escuchar el final de este cuento y a prepararnos, porque estoy segura de que nuestra amiga la sultana Scherezade tiene muchas más historias fascinantes para contarnos.

https://open.spotify.com/episode/34XMR1ytHRsmRJx6Dmxn1U?si=-i8aTdRoQ2i-eC9yKolWrQ

Y ahora sí, la pregunta del millón: ¿ustedes qué opinan? ¿Es fácil ceder el poder? ¿Conocen a alguien que se aferra a su puesto como si fuera lo único que le da valor? ¡Cuéntenme sus experiencias en los comentarios! Me encantaría saber qué piensan sobre este tema. ¡Se vienen más sorpresas y emociones! ¡Hasta la próxima! 

lunes, 3 de noviembre de 2025

83- La historia de Dulce Amiga y Alí-Nadur (continuación)


¡Hola a todos y feliz inicio de semana! ¿Cómo andamos? Espero que con la pila bien puesta porque esta semana sigue nuestra aventura con el podcast de "Los Cuentos de las Mil y Una Noches". ¡Y vaya que la historia de Ali-Nadur y Dulce Amiga nos tiene enganchadísimos! Si aún no le han dado una escuchada, ¡corran a hacerlo! Se están perdiendo de una joya.

En especial, el episodio de hoy... ¡ufff! No les voy a spoilear (bueno, un poquito sí) pero prepárense para saber qué tal le va al mismísimo califa Harun-Al-Rashid. ¡Se disfrazó de pescador! Sí, sí, como lo leen. El califa, con todo su poder y majestad, decidió convertirse en... ¡un pescador! Todo para colarse en la velada que nuestros jóvenes están disfrutando con el jeque Ibrahim. ¡Y lo mejor de todo es que nadie lo reconoce!, bueno esa era la idea después de todo. No ser reconocido, para poder enterarse de que está sucediendo realmente. Me recuerda un programa de televisión, creo que se llamaba "El jefe incógnito" o algo así, donde un jefe se disfrazaba de empleado común para ver cómo funcionaba su empresa desde abajo. ¿Alguien más lo vio?

Pero volviendo a nuestra historia, que está mucho más interesante que cualquier reality show. Después de todo el estrés y los peligros que vivieron en Basora, Ali-Nadur y Dulce Amiga finalmente están teniendo un respiro. Un momento de paz, relajación, buena compañía y comida deliciosa. ¡Se lo merecen! Pero claro, la tranquilidad nunca dura mucho en estas historias, ¿verdad? Siempre hay una vuelta de tuerca, un giro inesperado, algo que lo complica todo. ¡Y eso es lo que nos mantiene pegados al podcast!

El episodio de hoy me dejó pensando en algo más allá de la pura aventura. Me hizo reflexionar sobre esa situación en la que alguien con una posición de poder, o simplemente con una ventaja, se cree con el derecho de decidir quién merece qué. Cuando ven que ciertos "premios”, beneficios o regalos están destinados a aquellos que menos tienen, y en un acto unilateral (y muchas veces egoísta) deciden redistribuirlos a su conveniencia. Obviamente, quedándose con la mejor parte para sí mismos. Incluso ello sucede en situaciones familiares, ¡qué fuerte!

Y ¡ay del que ose reclamar! ¡Pobre del que se atreva a cuestionar su decisión! Porque entonces desatan toda su furia, todo su enojo, e incluso pueden llegar a tomar represalias. Es una situación injusta, dolorosa y, lamentablemente, muy común. ¿Quién no ha visto algo así alguna vez?

¿Han vivido alguna situación similar? A mí me ha tocado presenciarlo alguna vez en la oficina, o haberlo escuchado en alguna conversación respecto a una situación familiar vivida por un conocido o cercano. Esos seres que se creen superiores y estiman que ellos merecen lo mejor dentro del sistema de distribución, ellos debieran ser privilegiados con lo mejor, pues estiman que aquellos que consideran menos, solo deben recibir lo que queda, lo menor calidad o lo que sobra. Es como si pensaran: "Yo lo valgo, tú no tanto".

¡Qué indignación! ¿verdad? Es que da rabia ver cómo alguien abusa de su posición para quitarle a otros lo que les corresponde. En la oficina, a veces no queda otra que armarse de valor y reclamar, recurrir a los superiores y denunciar que la persona encargada no está cumpliendo el objetivo de equidad o igualdad del beneficio a distribuir. Es un fastidio tener que llegar a eso, pero a veces es la única manera de que se haga justicia. En lo familiar es más complejo, y triste, saber que tienes un pariente que te menosprecia, ya sea por lazo político o biológico. En esos casos siempre hay cuitas pendientes o resentimientos difíciles de justificar, entender o explicar. A veces, la única opción es alejarse un poco para proteger nuestra propia salud mental.

Pero uno nunca debe cansarse de pelear por sus derechos, de hacerse respetar y hacer ver que uno sí importa. No importa si es en el trabajo, en la familia o en cualquier otra situación. ¡Nuestra voz cuenta! Y no debemos permitir que nadie la silencie.

Y hablando de voces ¿qué opinan del podcast? Logra transportarnos a ese mundo mágico de "Las Mil y Una Noches" con cada palabra.  Les dejo el enlace de esta semana a continuación:

https://open.spotify.com/episode/22dxEyl5fgeVx3p2lyr5sN?si=kPfqOfKmSqavFEfH5ifZKA

 

Los leo en los comentarios. Cuéntenme si se han sentido identificados con esta reflexión y cómo han lidiado con situaciones similares. Mientras tanto, ¡sigamos disfrutando de las aventuras de Ali-Nadur y Dulce Amiga, y esperemos que la verdad salga a la luz pronto! ¡Hasta la próxima! Y recuerden: ¡a escuchar el podcast! 😉 

lunes, 27 de octubre de 2025

82- La historia de Dulce Amiga y Alí-Nadur (continuación)


 ¡Mis queridos seguidores, oyentes y lectores de este blog y del podcast de las Mil y Una Noches!

Continuamos hoy con la fascinante historia de Alí Nadur y Dulce Amiga, quienes, como recordarán, han llegado a Bagdad huyendo de la ira del sultán de Basora, influenciado por las viperinas palabras de su visir El-Mohín. ¡Qué culebrón!

Pero lo que hoy me tiene pensando es otra cosa. Hemos descubierto que el jeque Ibrahim no solo mintió sobre la posesión del jardín y el palacio de las Pinturas, sino que además ¡fingió su abstinencia alcohólica! Resulta que el hombre es un bebedor de cuidado, aunque lo oculta por la vergüenza de lo que pudieran pensar nuestros protagonistas. Y esto, mis amigos, me lleva a reflexionar sobre un tema universal: los placeres culpables.

Todos tenemos uno, ¿verdad? Es ese pequeño gusto que nos damos a escondidas, esa actividad que disfrutamos en silencio, temiendo el juicio ajeno. ¿Cuál es el mío? Preparados… allá va: ¡ver series coreanas subtituladas! Sí, lo confieso. De alguna manera, estas series han venido a ocupar el lugar que en mi infancia y adolescencia ocupaban las novelas románticas de Corin Tellado o Mario Santander. Recuerdo que mi madre me incentivaba a leerlas. Ella, a su vez, devoraba novelas del inspector Maigret o Hercules Poirot, e íbamos juntas a una tienda de intercambio de revistas y novelas. Pero claro, estudiando en un colegio de monjas, este tipo de lecturas no eran precisamente "bien vistas" en nuestro entorno social. Era un placer culpable en toda regla.

Y es que los placeres culpables, ¡ojo!, no son necesariamente algo negativo. De hecho, muchas veces son un verdadero salvavidas para nuestra salud mental y emocional. Nos dan esa pequeña gratificación que nos hace sentir bien, que nos reconecta con nosotros mismos.

¿Por qué le ponemos la etiqueta de "culpable"? Porque, teóricamente, tiene una connotación negativa ante los demás, e incluso ante nosotros mismos. Son esas actividades que disfrutamos en privado y que nos da vergüenza admitir en público. También puede ser que sean actividades o acciones que en nuestro círculo social o familiar no son aceptadas. ¡La hipocresía está a la orden del día!

Los placeres culpables pueden ser de lo más variados: desde comidas (un atracón de chocolate a medianoche), hasta libros, pasando por un tipo de música (ese reggaetón que te hace bailar a escondidas), programas de televisión (sí, estoy hablando de esos realities que tanto criticas pero que ves religiosamente) o películas. En resumen, son gustos que a otros les pueden parecer frívolos o, peor aún, ¡de gusto reprochable!

Pero debemos aceptar que hay un goce intrínseco en esa "culpa", y es liberador hacernos responsables de esos pequeños placeres. A mí, por ejemplo, me encantan los bombones de licor, y confieso que no me gusta nada compartirlos, ¡ni que me los pidan! Y sí, me encantan algunos actores asiáticos, ¿y qué?

Así que, mis queridos lectores, ¡disfrutemos abiertamente de aquellas cosas que nos causan placer! No nos escondamos, no nos avergoncemos (siempre y cuando, obviamente, no se trate de un vicio pernicioso para nuestra salud, nuestra economía y que cause dolor y preocupación a nuestra familia y amigos, ¡ojo ahí!). Dejémonos llevar por esos pequeños gustos que nos alegran el día, que nos hacen sentir vivos. ¡La vida es demasiado corta para privarnos de lo que nos hace felices!

Espero que disfruten el capítulo de esta semana, y del blog que nace de la inspiración de cada episodio.

https://open.spotify.com/episode/7x0oxBV3VnnKe0BqiGkKHV?si=tmdEdxEaSsWktz-1JeLY1g

 

¿Y ustedes? ¿Cuáles son sus placeres culpables? ¡Los leo en los comentarios! Anímense a compartir, ¡quizás descubramos que compartimos más de un gusto prohibido! ¡Hasta la próxima entrega de las Mil y Una Noches!

lunes, 20 de octubre de 2025

81- La historia de Dulce Amiga y Alí-Nadur (continuación)

 


¡Que rico! Ya ha pasado una semana y nos volvemos a encontrar para saber qué nos trae el episodio de hoy del podcast de las Mil y Una Noches, con la historia de Dulce Amiga y Ali-Nadur. Pero antes de sumergirnos en ese mundo mágico, quiero compartir una reflexión inspirada en una situación que, me atrevo a decir, a todos nos ha pasado alguna vez: cuando alguien se arroja el mérito por ideas, trabajos o proyectos que no son suyos.

¿A quién no le ha pasado, me pregunto yo? Verbalizas una idea brillante, organizas una sorpresa que te ha costado semanas planificar, sacas adelante un proyecto que parecía imposible, o simplemente propones una solución ingeniosa. Y, de repente, te enteras o ves con tus propios ojos que el mérito se lo está llevando otra persona. ¡Y ni siquiera se arruga! Acepta las alabanzas con una sonrisa radiante y no tiene el más mínimo pudor de indicar que ha sido un trabajo de equipo. Es lo menos que uno esperaría, ¿no? Nop, no dice nada de nada, sino que se limita a sonreír con falsa modestia. ¡Qué rabia!

A mí me ha pasado, más de una vez. Y he tenido que sonreír hipócritamente, claro, porque igual está bien feo decir "¡Oye, ese es mérito mío, y no de ese farsante!". Aunque a veces, no siempre, en particular cuando hay que fundamentar la validez del proyecto, compartir una fórmula o receta, la persona usurpadora, aunque sea el jefe, te mira con cara de "habla, expone, explica," tú te encoges de hombros y dices, “no sé, a ti se te ocurrió, tú sabrás que te inspiró, y por qué” y uno vuelve a sonreír con cara de inocencia fingida. Es como un juego, una pequeña venganza intelectual.

Sí, a veces es necesario ser malita, malosa, porque el riesgo que corren esos que se apropian de las ideas y el trabajo de otros es que no pueden entrar en tu mente, ni copiar lo que te mueve, lo que te inspira, tu Know How. Eso es tuyo, intransferible. Y ahí está el verdadero poder.

Lo triste es que existen ocasiones, cuando se descubre que en realidad la persona en cuestión se estaba arrojando méritos que no le correspondían, tú ya no estás, y el proyecto ha fracasado, la receta no ha funcionado, y tampoco han sabido arreglar el entuerto por falta de Know How. Y si, es una pena, porque uno crea desde el amor, usa arte y ciencia, experiencia, creatividad e inspiración, y uno tiene su corazoncito y obvio que no quiere que falle, pero tuviste que soltar en el momento que te lo arrebataron. Es como si la energía vital del proyecto se hubiera ido contigo.

En fin, así es la vida. Siempre habrá personas que se apropien de las ideas ajenas. Y ojo, no hablo de inspirarse en ideas ajenas, que es completamente válido y de hecho, fundamental para el crecimiento. Hablo de aquellos que se declaran autores y creadores de lo que en realidad es de otros. Es una forma de robo, simple y llanamente.

Así que, la próxima vez que te encuentres en esta situación, recuerda: tu know-how es tu mayor tesoro. Sonríe, sé un poco malita si es necesario, y sigue creando con pasión. Porque al final, la verdad siempre sale a la luz. Y mientras tanto, ¡a disfrutar del nuevo episodio de Las Mil y Una Noches! ¿Qué aventuras nos esperarán hoy? ¡No se lo pierdan!

Te dejo el enlace de esta semana:

 

https://open.spotify.com/episode/12zRZzHIEeXv8eyb3T23HK?si=-6LTP3lWQqigN4TokcD8Rg

 

Cuéntame ¿te ha sucedido?, ¿cómo te has sentido? ¿Qué opinas de ese tipo de persona?, me encantaría conocer tus experiencias, nos encontramos la próxima semana, para seguir esta interesante historia

lunes, 13 de octubre de 2025

80.- La historia de Dulce Amiga y Alí-Nadur (continuación)


¡Hola a todos mis lectores, oyentes y fieles seguidores de este humilde blog! Aquí me tienen de nuevo, lista para compartir las ideas descabelladas que me asaltan el cerebro. ¿La culpable? ¡La lectura y grabación de cada episodio del podcast “Los cuentos de las Mil y Una Noches”! Esa joya literaria es un hervidero de ideas, y mi cerebro no puede evitar explotar en mil direcciones diferentes.

Y hablando de explosiones, la cosa no pinta nada bien para nuestros protagonistas, ¿verdad? La bellísima persa y Alí-Nadur están en una situación más que delicada. El visir El-Mohín, que se siente burlado, humillado, ¡frente a todos los mercaderes! Ha sido vapuleado y para colmo, ¡nadie salió en su defensa! Al contrario, ¡todos presenciaron el numerito con complacencia!

Pero la cosa no termina ahí, ¡no señor! El visir, cual bicho venenoso, se arrastró hasta el sultán y tergiversó los hechos a su conveniencia. ¡Qué nivel de caradurismo! Resulta que Dulce Amiga, según él, es la esclava que había encargado el sultán al padre de Alí-Nadur. El padre, en lugar de entregarla al soberano, ¡se la regaló a su hijo! ¡Menudo lío! El sultán, como era de esperarse, está furioso por el engaño y, por supuesto, por el maltrato. ¡Drama, drama y más drama! ¿No les parece que esta historia tiene un no sé qué de "ya lo he vivido antes"?

Todo este embrollo me hizo click en la cabeza y me trae a la mente una historia que se repite más de lo que quisiéramos: la de esas personas malintencionadas que retuercen la realidad para salir impunes (o peor aún, ¡para sacar provecho!). Ya habíamos rascado este tema en un blog anterior, pero es que da para rato, ¿verdad? Es que los encontramos en todos lados: ya sea cercanos a las fuentes de poder, en el trabajo, en un amigo, ¡hasta en un pariente!

Creo que todos, en algún momento de nuestras vidas, nos hemos topado con una de estas "joyitas". Esa persona poco grata que intenta sacar tajada de una situación. Y cuando las cosas no le salen como esperaba, explota en una furia digna de volcán en erupción. Y si encima se encuentra con resistencia y ve su ego hecho trizas, ¡agárrense!, porque ahí viene el contraataque. Corre a acusar, a denunciar, se pone en el papel de víctima ultrajada y expone la situación de una forma tan retorcida que resulta casi imposible defenderse. ¡Son unos verdaderos artistas del engaño!

Es como si tuvieran un manual de instrucciones para manipular a la gente. Primero, crean el caos. Luego, se hacen las víctimas (lloriqueos incluidos). Y finalmente, señalan al culpable (que, por supuesto, ¡eres tú!). Es una táctica tan vieja como el mundo, pero que lamentablemente sigue funcionando. ¿Por qué? Porque apelan a nuestras emociones, por un lado, al ego de la persona ante quien están haciendo la acusación, haciéndole creer que la ofensa y el engaño, también les toca, y claro así quien no estalla en enojo. ¡Es una jugada maestra, lo admito!

Pero ¡ojo!, no todo está perdido, porque como dice el dicho, la mentira tiene las patitas cortas, y asumamos que también el engaño. En estas situaciones tan turbias, por fortuna, siempre existen esos ángeles guardianes que han presenciado el evento en cuestión. Esas personas que te conocen de verdad, que saben cómo eres y cómo es la supuesta "víctima". ¡Ellos son los mejores aliados que puedes tener! Su testimonio, su conocimiento de la verdad, es tu mejor arma para combatir la manipulación y la injusticia. No los subestimes.

Porque al final, la verdad siempre sale a la luz. Aunque a veces tarde un poco, siempre termina imponiéndose. Y aunque el camino sea difícil y lleno de obstáculos, no debemos rendirnos. Debemos luchar por nuestra verdad, por nuestra reputación y por la justicia. ¡No dejemos que nos pisoteen!

Así que ya saben, mis queridos lectores: ¡ojo avizor! No se dejen engañar por las apariencias. Desconfíen de aquellos que se hacen las víctimas a toda costa. Y recuerden que la verdad, aunque a veces duela, es el único camino hacia la libertad. ¡No lo olviden jamás!

Así que, a disfrutar del episodio de hoy, les dejo el enlace a continuación:

https://open.spotify.com/episode/5tM5yniJN5w0Y2v51BAufa?si=pPZ94xWXTbGOTEgPjVymBA

Y ahora, cuéntenme, ¿ustedes han vivido alguna situación similar? ¿Conocen a alguien que haya intentado manipularlos o acusarlos injustamente? ¡Compartan sus historias en los comentarios! ¡Me encantaría saber qué piensan! ¡Hasta la próxima, y que la verdad los acompañe! 

lunes, 6 de octubre de 2025

79.- La historia de Dulce Amiga y Alí-Nadur (continuación)

 

¡Hola, mis queridos lectores y oyentes de los cuentos de Scherezade! Espero que estén de maravilla. La historia de "Dulce Amiga" la bella persa y Alí-Nadur, sigue dando que hablar, ¿verdad? ¡Es que está súper interesante e ilustrativa!

La semana pasada les compartí algunas reflexiones breves sobre los falsos amigos, esos que desaparecen en cuanto las cosas se ponen feas. Esta semana, mis cavilaciones me han llevado a otra faceta aún más… digamos, peculiar. No solo te abandonan esos que creías que eran tus amigos cuando estás en problemas serios, sino que, además, ¡se acercan esos conocidos que, con falsas buenas intenciones, pretenden sacar provecho de tus desgracias! ¡Qué fuerte!

A mí me ha pasado, y seguro que a ustedes también. Personas que apenas conoces, quizás solo de nombre o de algún cruce fugaz de palabras, de repente se te acercan. Pero ojo, no para preguntarte cómo te pueden ayudar, ni cómo estás, sino con la clara intención de sacar tajada de la situación. Es como si olieran la sangre en el agua, ¿me entienden?

En esos momentos, ¡hay que tener una entereza de acero! Y, sobre todo, una red de apoyo emocional y espiritual sólida. Es fundamental para poder decirles que "no" a sus ofertas, por muy necesitado que uno esté. ¡Porque créanme, las ofertas siempre vienen con trampa!

Y lo peor de todo es que, si los rechazas, ¡se ofenden! Se enojan y te difaman, como si las víctimas fueran ellos, y no uno, que es quien está sufriendo la desgracia. ¡Inaudito!

Les pongo un ejemplo personal. Cuando se quemó la casa de mi madre, no faltaron las personas que, en lugar de preguntar cómo estábamos o cómo podían ayudar, querían comprar el terreno a precio de risa. ¡Imagínense! Ni siquiera nos habíamos recuperado del shock del siniestro, ¡y ya estaban como buitres rondando! El terreno, por supuesto, no estaba en venta, pero a ellos les daba igual.

No voy a entrar en detalles escabrosos, pero les aseguro que fue la entereza y la fuerza interior, junto con el apoyo de mi familia y amigos, lo que nos permitió salir adelante. Y eso, a pesar de que algunos se sentían con el derecho de hacernos reproches e incluso intentaron obligarnos a vender y abandonar el barrio. ¡Como si tuvieran derecho a decidir sobre nuestra vida!

Y no solo pasa en situaciones extremas como esta. También puede suceder en el trabajo, cuando estás pasando por un momento difícil y siempre hay alguien dispuesto a aprovecharse de la situación. En esos casos, es vital cuidar tu salud mental y emocional. Habla con personas de confianza, desahógate, busca apoyo mutuo para encontrar soluciones. Mantén la calma y la compostura, pero no te aísles, ¡no te escondas! Y, sobre todo, establece límites claros. Define qué estás dispuesto a aceptar y qué no.

Es increíble cómo, en momentos de vulnerabilidad, aparecen este tipo de personajes. Te hacen dudar, te confunden, te hacen sentir culpable por no aceptar su "ayuda" (que, en realidad, es puro egoísmo disfrazado). Pero es crucial recordar que la verdadera ayuda viene de quienes te quieren de verdad, de quienes te apoyan incondicionalmente, de quienes te ofrecen un hombro para llorar sin esperar nada a cambio.

Así que, la próxima vez que se encuentren en una situación difícil, recuerden esta reflexión. Mantengan los ojos bien abiertos, confíen en su instinto y rodéense de personas que realmente valen la pena. Y, sobre todo, ¡nunca permitan que nadie se aproveche de su desgracia! Porque ustedes valen mucho más que eso.

Te dejo el enlace con la continuación de la historia Dulce Amiga y Alí Nadur.

https://open.spotify.com/episode/2uu57qYUi9AU1CCGdS7yi9?si=_Dz0edcyQkqs3XlTGmdXjg

Un abrazo grande, ¡“que la fuerza de acompañe”! y ¡nos leemos la próxima semana! ¡Cuídense mucho!

lunes, 29 de septiembre de 2025

78.- La historia de Dulce Amiga y Alí-Nadur (continuación)

 

¡Hola a todos, mis valientes sobrevivientes! 👋

Otra semana más que se esfumó como por arte de magia (¿dónde se va el tiempo, eh?) y aquí me tienen, lista para zambullirme con ustedes en las profundidades de las historias que nos regala Scherezade. Ya saben, esas narraciones hipnóticas que escuchamos religiosamente en el podcast "Los cuentos de las Mil y Una Noches" y que, casi inevitablemente, terminan detonando estas reflexiones que luego comparto con ustedes en este, su humilde blog, "Cómo Sobrevivió Scherezade".

Hoy, la historia de "Dulce Amiga" (¡corran a escucharla si aún no lo han hecho, se las súper recomiendo!) me ha dejado con el cerebro dando vueltas como una lavadora. Y es que el episodio de hoy me puso a pensar, y mucho, en un tema que, creo yo, todos, de una manera u otra, hemos experimentado en carne propia: la amistad… o, mejor dicho, la dolorosa ausencia de ella, justo cuando más la necesitamos.

¿A qué me refiero exactamente? Ah, me refiero a esos "amigos" que parecen hormigas en un picnic: siempre están alrededor cuando la comida es abundante. Esos que no dudan en entrar a tu casa como Pedro por su casa, que se ganan el cariño de tu familia a la velocidad de la luz, y a los que, sin pensarlo dos veces, les abres no solo las puertas de tu hogar, sino también tu cuenta bancaria (ay, ¡qué dolor!), tu casa en la playa (si eres de los afortunados que tienen una, ¡envidia sana!), tus valiosos contactos, tu influencia en el trabajo. ¡Todo fluye de maravilla, una bacanal de risas y buenos momentos diría yo!

Pero ¡bam!, un día, como si fuera un guion de una película dramática, la desgracia te golpea con la fuerza de un tsunami. Pierdes el trabajo, ese negocio que tanto te costó levantar se va a pique, las cosas en casa se ponen más tensas que una cuerda de violín a punto de reventar. Y, de repente, ¡puf!, como si hubieran sido abducidos por extraterrestres, esos "amigos" desaparecen sin dejar rastro. Ya no te visitan (¡ay, la nevera ya no está tan llena!), no contestan tus llamadas (¿será que cambiaron de número misteriosamente?). En el trabajo, ni te miran, te ignoran como si fueras un apestado, ¡no vaya a ser que los jefes los relacionen contigo y se les pegue la mala suerte!

¿Les suena familiar este escenario? ¿Alguien se siente identificado con esta historia?

Es justo en ese momento, cuando te sientes más solo que un náufrago en una isla desierta, cuando esas advertencias que ignoraste en su momento resuenan en tu cabeza como un eco fantasmal: "Esa persona no me da buena espina, no sé por qué, pero ten cuidado, algo no me cuadra". ¡Ay, esas lecciones de vida que duelen hasta el alma! Pero también son las que nos permiten salir fortalecidos, convertidos en una versión más sabia y resiliente de nosotros mismos… siempre y cuando aprendamos a ser resilientes, claro está.

¿Quién no ha vivido algo parecido en mayor o menor medida? ¿O quién no conoce a alguien cercano que ha pasado por una situación similar? Lo primero que quiero decirte es: no te sientas culpable. Después de todo, somos humanos, y a quién no le gusta sentirse popular dentro de su círculo, pensar que puede influir positivamente en el bienestar de los demás si tiene los medios para hacerlo (dinero, influencias, contactos…). Es algo inherente a nuestra naturaleza social.

Aprovechadores e interesados han existido desde que el mundo es mundo, y seguirán existiendo hasta el fin de los tiempos. Ya sea porque tienes una casa en la playa donde pueden vacacionar gratis a tu costa (¡y tomarse fotos para Instagram como si fueran los dueños!), porque les prestas dinero sin intereses ni plazo de devolución y por el que nunca muestran preocupación por devolverlo, y si estás en desgracia, menos… ¡ya lo sabemos!, son unos aprovechadores de manual.

Pero no todo es oscuridad y desolación en esta historia. Lo positivo, lo que realmente vale la pena rescatar de estas situaciones amargas, es que descubres quiénes son las personas que realmente importan en tu vida. Esos amigos, esos familiares, que quizás no parecían tan cercanos en el día a día, pero que siempre han estado ahí, en las buenas y en las malas, ofreciéndote un hombro para llorar, un consejo sincero o, simplemente, su compañía silenciosa. Solo que antes eran invisibles, opacados por el brillo artificial de esos "amigos" interesados. Ahora, brillan con luz propia, como faros que te guían en la tormenta.

Así que, la próxima vez que te encuentres en una situación similar, no te aferres a las falsas amistades, a esas relaciones tóxicas que solo te drenan energía y te dejan vacío. Agradece de corazón a los que te apoyan de verdad, a los que te quieren por lo que eres, no por lo que tienes. Y, sobre todo, aprende la lección para el futuro, para no volver a caer en la misma trampa.

Como siempre digo, trátate con cariño, con compasión. Los problemas, las desgracias, son oportunidades disfrazadas, para crecer, para reinventarnos, para construir relaciones más auténticas y significativas, oportunidades para emprender nuevos rumbos que de otra manera nunca habríamos intentado, para cambiar nuestras perspectivas, para reconocer quiénes merecen un lugar privilegiado en nuestro corazón y en nuestros pensamientos. No desesperes, nunca pierdas la esperanza, porque siempre, incluso en los momentos más oscuros, aparece una mano amiga, un consejo oportuno que nos alienta a seguir adelante.

Les dejo el enlace al podcast de esta semana, para que disfruten de la historia completa:

https://open.spotify.com/episode/1cc0lIzgibusP95Y8fnwHc?si=UmXKYH2gTviMWzSTHNAi7A

¡Nos vemos la próxima semana para seguir compartiendo estas reflexiones y nuevas historias! 😉

84- La historia de Dulce Amiga y Alí-Nadur (conclusión)

¡Hola a todos! ¿Cómo andamos? Espero que de maravilla y con los oídos bien afinados porque hoy les traigo el final, el gran finale , de la h...